lunes, 21 de septiembre de 2009

Avatar, Poul Anderson y la inspiración inconciente

Hola, estimados frikis imberbes. Creo que a esta altura del campeonato ya todos habrán visto el trailer de la nueva hiper-mega-mecagoentodos-súper producción de James Cameron: Avatar (¿La del niño pelado con una flecha que apunta a sus huevos? No, esa es Avatar: The Last Airbender y la dirige M. Night Rama Lama din-don).

Si no lo han visto aquí se los pongo (jijiji) en HD.



¿Ya lo vieron? Tiene buena pinta aunque por partes parezca un juego de estrategia de Blizzard. De los de antes, cuando usaban actores para las intros y los videos. Valoraciones aparte, la premisa básica que podemos dilucidar de este trailer es que los humanos descargan sus mentes en unos cuerpos azules con rasgos felinos especialmente adaptados para sobrevivir en el planeta Pandora. Si esos cuerpos son habitantes del planeta Pandora sin mente propia, clones de ellos o cuerpos genéticamente diseñados aún no lo sabemos. Lo cierto es que nuestro protagonista es un parapléjico (cualquiera diría que teniendo la tecnología que muestra la humanidad en el trailer ya habrían encontrado una solución para la paraplejía, pero sigamos a Cameron) que descarga su mente en uno de estos cuerpos y luego se va a Pandora dónde comienza todo el quilombo que hará sangrar nuestros ojos (no saben lo que cuesta ver una de estas pelis 3-D cuando uno usa anteojos).

Ahora: ¿cuántos de nosotros hemos leído algo de Poul Anderson? Espero que muchos. Yo sólo me he leído un relato de él llamado "Call me Joe" (Llámame Joe) que pueden encontrar en la antología de cuentos de ciencia ficción publicada en la colección Nova, "Obras Maestras", con selección y prólogos de Orson Scott Card. El relato, a mi parecer, excelente. ¿Qué tiene que ver este relato con el Avatar de James Cameron? Pues pasen y lean y comenten.